La Comisaria de Tierra Santa de Buenos Aires es una fraternidad de frailes menores, perteneciente a la Custodia de Tierra Santa. Esta funciona desde el siglo XVII como la embajada de Tierra Santa en Argentina. La Santa Sede ha dado a los franciscanos de Tierra Santa la misión de custodiar y preservar los lugares de la geografía bíblica, en especial aquellos santificados por la vida terrena de nuestro Salvador. Desde los inicios de la Custodia, los frailes franciscanos han asistido los devotos peregrinos en Tierra Santa; acompañándolos en el viaje, explicándoles los santos lugares y alojándoles en las Casas de Peregrinos.

Las Comisarías de Tierra Santa, de todo el mundo, continúan con esta loable misión de la organización de las peregrinaciones a las tierras y poblaciones de los orígenes de la fe cristiana. El viaje a la tierra del Quinto Evangelio no es un viaje turístico; comprende eso y más. El viaje a Tierra Santa es el viaje de la vida del creyente. Este peregrinar te hace caminar detrás de las huellas de Jesús en su tierra y con su gente. En los santuarios de Tierra Santa, a diferencia de otros, la Palabra y Tiempo, se unen perpetuamente aquí, “hic” en este único y preciso lugar de la geografía terrestre. Aquí, “hic” en Nazareth se puede sentir el eco del saludo del Ángel a María; el aquí, “hic”, de la estrella del nacimiento en Belén, te invita a humillarte para venerar al Niño Dios. En el Monte calvario la cruda realidad del crucificado, aquí, “hic” muriente, te impone a arrodillarte para pedir perdón al Amor que no es amado; el desconcierto del Sepulcro vacío, “hic” te envuelve con la gracia alegre de la victoria de Cristo resucitado. En el santo Cenáculo el peregrino, “hic” vive la proclamación de la iglesia en la Pentecostés de aquel tiempo y en el encuentro con las comunidades eclesiales de Tierra Santa. Con el mismo espíritu de aquel envió apostólico, la peregrinación tendrá su etapa final en la Eterna Roma y Asís.

Por todo ello la misión de los franciscanos de llevar peregrinos a Tierra Santa incluye las celebraciones de los sacramentos en los santuarios, principalmente la eucaristía y la reconciliación. Propiciar el conocimiento de las diversidades culturales de Medio Oriente. Dar a conocer la vida de los cristianos de la Iglesia Madre de Jerusalén y de la Custodia de Tierra Santa.